jueves, 20 de diciembre de 2012

2. Velázquez en el aula de Educación Infantil

a)  El autor


Me voy a presentar, mi nombre es Diego Rodríguez de Silva y Velázquez. Nací en un bonito lugar, Sevilla; mi madre erade allí y mi padre de Portugal.
Desde pequeño me gustaba mucho  pintar. Me acuerdo de dos profesores que tuve: mi profesor Francisco Herrera, que tenía un taller en el que entré a los 10 años, y Francisco Pacheco, que además de mi trabajo, me enseñó mucha literatura y mitología. Este último profesor, me quería mucho, tanto, que me ofreció casarme con su hija, Juana Pacheco, con la que tuve dos hijas.

 

En mi época, el pintor se manchaba de pintura y trabajaba con sus manos, dos cosas que no estaban bien vistas en un caballero. Cuando empecé a pintar, los pintores de la corte eran los que tenían importancia, ya que eran los que estaban cerca de los reyes, por eso, me marché a Madrid, donde tuve mucha suerte, porque el rey, Felipe IV, además de nombrarme pintor real, me dio otros cargos importantes, hasta que finalmente me nombró aposentador de palacio, es decir, la persona que ayuda a preparar los lugares y eventos en los que participa el rey. Gracias al cargo de pintor de cámara o pintor real, pude pintar muchos de mis cuadros famosos, como es por ejemplo el de Las Meninas.


Viaje a Italia en varias ocasiones enviado por mi majestad. Gracias a estos viajes pude conocer a muchos amigos, pintores como Caravaggio, al que le tengo mucho cariño y admiro. También aprendí las técnicas que utilizaban, como la del “claroscuro”, que consiste en pintar contrastando objetos mediante sombras. La segunda vez que viajé a Roma estuve a punto de quedarme; me sentí muy querido. 


El papa Inocencio X me pidió que lo retratara, y claro, ¿Cómo me iba a negar?, eso sí, tal fue mi reconocimiento que decidí no cobrarle por el trabajo. Al final decidí regresar a Madrid, pues tenía obligaciones familiares y también por el afecto que le tenía a Felipe. Llegué a ser diplomado real, y además, el rey me nombró caballero de la Real Orden de Santiago, cuya insignia, una cruz, luce en mi pecho en el cuadro de “Las Meninas”.
Para terminar con mi vida, dicen que morí cansado después de haber organizado la boda real de la princesa María Teresa, la hermana de la infanta Margarita, con el rey de Francia. A pesar de que esta tarea acabó con mi vida, ya que comencé a tener unas fiebres muy altas de las cuales no pude curarme, fue muy satisfactorio que el rey Felipe IV pensara en mí para dicha tarea, que además tuvo la cortesía de visitarme muy a menudo en mi taller de pintura. 

b) Su época


La época a la que pertenece el autor es el siglo XVII. Vivian unas 8 millones de personas en España y las diferencias entre personas ricas y personas pobres eran muy grandes. Por ejemplo, mientras los cortesanos comían muy bien y hacían cenas glamorosas para muchas personas, muchos de los súbditos se morían de hambre.
Felipe IV, el rey de España del momento, padre de la infanta Margarita y la Princesa María Teresa, reinó desde 1621 a 1665. Era un hombre muy culto y elegante, pero se despreocupó de gobernar su reino.  Los primeros años de su reinado tuvieron mucho éxito; llegó al trono con solo dieciséis años y gobernó con ayuda del Conde Duque de Olivares, que durante veintidós años fue quien dirigió el imperio.
Felipe IV se casó con Isabel de Borbón, madre de María Teresa de Austria. Después de la muerte de su primera esposa, el rey decidió casarse con su prima, Mariana de Austria, mucho más joven que él, con la cual tuvo una hija, La infanta Margarita.
Se caso con su prima porque el príncipe Baltasar Carlos murió, y la corona no tenía un futuro Rey. Los hijos varones de este matrimonio fallecieron, excepto Carlos, al que se le apodó “El Hechizado”.
Felipe IV obligaba a sus súbditos a pagar altos impuestos ya que, por aquella época, la corona estaba llena de deudas y  comenzaba a decaer el imperio de Castilla. Gracias al descubrimiento de Colón, América, en 1492, las riquezas del Nuevo Mundo fueron utilizadas para costear las  guerras que los monarcas austriacos se vieron obligados a realizar para conservar sus posesiones.



Felipe IV también tuvo que enfrentarse a numerosas guerras. Portugal, se independizó definitivamente. Los reyes, la familia y parte de la nobleza vivían en un palacio, el Alcázar de Madrid, que hoy no existe porque fue destruido en un incendio. En aquel mismo lugar, más tarde, se construyó el Palacio Real tal y como lo puedes ver hoy.
La corte española era muy grande y costaba mucho dinero mantenerla.  Los monarcas vivían  vidas muy diferentes. El protocolo, es decir, las reglas que había que seguir, eran muy estrictas. El rey casi nunca se dejaba ver entre sus servidores y súbditos, dando a entender que él era superior, distinto a los demás. En sus almuerzos o cenas no probaba la bebida o la comida antes de que su médico la comprobara, por si acaso estaba envenenada.
Además cada vez que uno de sus criados se acercaba o se refería a él, estos, les debían presentar sus respetos, teniendo que inclinarse o arrodillarse frente a él.
Un dato a destacar, es que debido a que no existía en esta época el agua caliente y el jabón, y la falta de retrete en las casas, las epidemias y enfermedades eran muchas. El pueblo llano, los súbditos del rey, los campesinos, por ejemplo,  pasaban mucha hambre, pero aun así, era más fácil sobrevivir en las ciudades privilegiadas que en el campo, donde los campesinos vivían, muchas veces, solo comiendo pan, cebolla y aceitunas.
La iglesia Católica tenía gran poder en la corte y en el pueblo, y se encargó de construir hospitales y comedores para los necesitados (pobres, vagabundos…), pero nunca llegaron a remediar el hambre y la pobreza que tenía el país.


Sin embargo, bajo el reinado de Felipe IV hubo magníficos escritores como Quevedo, Góngora, Lope de Vega, Calderón de la Barca o Tirso de Molina, y pintores excelentes como Velázquez, al que ya conocéis, Murillo, Zurbarán, Ribera. Entre los escritores, Lope de Vega, Calderón de la Barca y Triso de Molina escribieron muchas obras de teatro, una de las grandes diversiones de la época, como lo fueron también las corridas de toros.



c) Sus personajes
Ahora hablaremos de los personajes que se encuentran en el cuadro.

1. La infanta Margarita: Me acuerdo de este cuadro, yo aún era una niña. Tenía unos cinco años y alrededor de mí gira toda la representación del cuadro.Como sabéis, soy hija de Felipe IV y a Velázquez le encantaba retratarme, decía que era muy guapa. Desde muy joven estaba comprometida en matrimonio con mi tío por parte de madre, Leopoldo I, y los retratos que me pintaba Velázquez servían, una vez enviados, para que  apreciara mi aspecto antes de casarse conmigo. La primera vez que Velázquez me quiso pintar yo no había cumplido los dos años.




2.Isabel de Velasco. Dejadme que me presente, soy la hija de Don Bernardino López de Ayala y Velasco, VIII conde de Fuensalida y gentil hombre de cámara de su Majestad. Me casé con el duque de Arcos, tras haber sido dama de honor de la infanta. Soy la menina que está en pie a la derecha, vestida con la falda de guardainfante, en actitud de hacer una reverencia. Y preguntareis, ¿qué es una menina?, menina significa niña en portugués, y se utilizaba para referirse a las personas que acompañaban a los niños, por eso a nosotras nos llamaban así, porque éramos las niñas que ayudábamos y acompañábamos en la vida cotidiana a la princesa Margarita.

3.María Agustina Sarmiento de Sotomayor. Hola, yo soy la otra menina de la princesa Margarita. Mi nombre es María Agustina, hija del conde de Salvatierra y heredera del Ducado de Abrantes por parte de mi  madre, Catalina de Alencastre, que se casó más tarde con el conde de Peñaranda, Grande de España. Estoy en la parte izquierda del cuadro, a la izquierda de la princesa. Estaréis pensando por qué tengo esta pose,  el gesto de reverencia. Pues porque en ese momento estaba entregándole  un vaso de agua a Margarita, y como os han contado antes, es costumbre en palacio hacer reverencias a la realeza cada vez que nos referimos a ellos.




4.Mari Bárbola(María Bárbara Asquín). Entré en Palacio en 1651, año en que nació la infanta. Siempre la acompañaba junto a su séquito (sus demás criados). Sí, soy una enana hidrocéfala, y sé que soy fea, pero no me importa, ya que así la belleza de la Infanta luce más. Me gusta estar cerca de la princesa, y ayudarla en su día a día, en todo lo que pueda.Soy muy feliz con mi empleo; gracias a mí y a los demás ayudantes de la corte la Infanta tendrá una vida más segura, tranquila y divertida.




5.NicolasitoPertusato. Yo soy otro enano de origen noble del Ducado de Milán, que llegué a ser ayudante de cámara del rey. En el cuadro estoy situado en primer término junto a mi perro, un mastín llamado Salomón. Tuve varios cargos que me otorgó el rey, la merced de enfermería, el ayudante de cámara y el enano. A pesar de mi aspecto infantil, soy un adulto.Como nunca me estaba quieto Don Diego me ha pintado en movimiento, por eso mi cara está un poco borrosa y no se me ve entero.




6 y 7. Guardadamas.Yo me llamo Marcela de Ulloa, era la encargada de cuidar y vigilar a todas las doncellas que rodeaban a la infanta Margarita, a las dos meninas María Agustina e Isabel de Velasco. Soy viuda de Diego de Portocarrero y madre del cardenal Portocarrero. Me encuentro en la pintura, representada con vestiduras de viuda y conversando con otro personaje. El otro personaje es otro guardadamas de palacio, y se encuentra a mi derecha al lado, en la penumbra.





8.José Nieto Velázquez. Yo soy José Nieto Velázquez, aposentador de la reina. Trabajé en palacio toda mi vida. En la pintura estoy situado en el fondo, en una puerta abierta por donde entra la luz exterior. En ese momento, estaba haciendo un descanso, con la rodilla doblada y los pies sobre escalones diferentes. La verdad es que ya no me acuerdo si estaba entrando o saliendo del taller.

9.Diego Velázquez. ¡Nos volvemos a encontrar! Como ya me he presentado antes, solo deciros que este es mi autorretrato, me encuentro de pie, delante de un gran lienzo y con la paleta y el pincel en mis manos y la llave de ayuda de cámara a la cintura. El emblema que tengo en el pecho es la cruz que el rey me otorgo cuando fui admitido como caballero de la Orden de Santiago. El nombre que le di al cuadro es “La familia deFelipe IV” pero la gente lo llama cariñosamente “Las Meninas”



10 y 11.Felipe IV y su esposa Mariana de Austria. Aparecemos reflejados en un espejo, colocado en el centro y fondo del cuadro.  Esto hace pensar a los observadores de la pintura que Don Diego de Velázquez nos está pintando en su lienzo, pero no desvelaremos este secreto.

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